viernes, 11 de febrero de 2011
Hay días en los que no debiste haberte levantado.
Exactamente. Es como una película, totalmente igual. Tengo la típica vida adolescente sentimental de una chica que viaja todos los días al mismo sitio y a ninguna parte. En mi cabeza suena Mardy Bum y Fluorescent adolescent de los Arctic Monkeys, suena de Script, My Chemical Romance, Three days Grace y muchos grupos más motivadores. Me levanto, me visto y me empiezo a fustrar en el día aburrido que me va a esperar. Aguantar a todos los profesores y esas clases de sociales y francés en las que las horas no pasan y no aprendes nada a noser que leas los libros. Sale el sol, aún es invierno y tengo mucho calor. Quizás sea por algún skater, quizás por el calentamiento global o lo más probable; llevo un abrigo extragrande de cotton. Aún sigo aquí, sentada, pensando en ir a Mieres o comerme un McFlurry, pienso en el verano que llegará en breves. Pienso en lo que me rodea, aquí sentada en una parada en la que aún quedan 10 minutos para que llegue el autobús de camino al instituto.
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