sábado, 19 de febrero de 2011

La mecánica del corazón.

-¿Sabes? Cuando estaba enamorado no paraba de inventar cosas. Una montaña entera de artificios, ilusiones y trucos, para divertir a mi novia. Cre que al final se hartó de mis historias fantásticas -dice, con el bigote a media asta-. Incluso pensé en crear un viaje a la luna sólo para ella, pero lo que debería haberle regalado es un viaje real por la tierra. Pedir su mano, regalarle un anillo, buscar una casa más habitable que mi viejo taller, no lo sé...-dice suspirando-. Un día, corté unas planchas de esa estantería, luego les fijé unas ruedecillas recicladas de una camilla, para que fuéramos los dos a patinar bajo el claro de la luna, pero ella no quiso subirse. Y tuve que arreglar de nuevo las estanterías. El amor no es fácil todos los días, el amor...pequeño -repite pensativo-. ¡Pero tú y yo sí que vamos a subirnos a esas planchas! ¡Recorreremos media Europa en nuestras planchas con ruedas!
-Pero imagino que también iremos en tren...Porque, a decir verdad, ando un pojo ajustado de tiempo.
-¿Asustado del tiempo?
-También.

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