domingo, 23 de enero de 2011

Algo pequeño. Practicamente como todo lo demás.

Querido amigo; estuve reflexionándolo sí, y llegué a la conclusión de que se me da bien escribir. Eso me han dicho repetidas veces. No es que me guste, me encanta. Reconozco que es una buena manera de pasar el tiempo. Horas y horas escribiendo las opiniones que opinas sobre la gente, escribir tu día a día. Pero cuidado. No lo confundas con un diario, porque un diario es lo que teniamos de pequeños, que en la primera página juramos apuntarlo todo para siempre, y que al cuarto día escondimos ese pequeño cuaderno en un cajón sin volver a mirarlo. Escribir; escribir, es mostrar tus emociones al mundo en un anonimáto. En un cuaderno especial lleno de frases, y una gran manera de decir lo que sientes con palabras claras.
Hay varias cosas que tengo en mente. La música, la lectura, la escritura y la soledad. Ya hace bastante que no escucho música, y quizás os preguntaréis como consigo no haberme vuelto loca.
Después tengo la lectura. Eso me hace ser más especial. Leer y ller enormes libros. Devorar una novela entera durante cuatro horas en una noche lluviosa sin tu madre en casa. ¿Y lo otro? La soledad. Deberían saber que no es nada bueno ni nada malo. La soledad vuelve loco a uno. No estoy en completa soledad, aunque desde mi habitación de tanto silencio que hay se pueden oir las campanas de la catedral, los ruidos del exterior y a los pájaros. Esto es un simple prólogo. El principio de un comienzo que ya se acabó hace mucho tiempo. Mucho. Aveces pienso que soy la más cuerda de la ciudad.

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